lunes, 24 de mayo de 2010

El avión que finalmente despega de la isla

Hoy he venido a despedirme, a hablar de tantas cosas
que nunca quisiste oírme. Me voy, adiós.
Y no me dejas ni tan sólo la esperanza.
Adiós, amor, adiós”.


Las palabras no son mías. El sello es de Jennifer Lopez a la que no voy a odiar hoy, pero me sirve para poder empezar el artículo. “Si hay una lágrima en mis ojos es que voy recogiendo de mi vida los trozos”, continúa la canción. Y hoy, efectivamente, los trozos se han recogido y unido para acabar el puzzle. Y sí, mis ojos han llorado. Y lo llevan haciendo desde las cuatro de la mañana. Sin rayos de esperanza de ver la luz, esa luz con la que ha acabado La Serie, sin duda. Perdidos. Lost.

No puedo ponerme en la piel de cómo se deben de sentir esos 30 o 40 millones de fieles por todo el mundo que han seguido la serie temporada por temporada, desde hace seis años. Porque deben de estar fatal. Confieso que vi varias escenas de uno de los primeros episodios cuando se emitía en La 2 y pensé: qué horror de serie. ¿Qué hacen metiendo historia de avión con una isla todo el rato? Qué magia, la de Perdidos. Hoy ha acabado para siempre. Sin embargo, desde la ABC americana nos aseguran que la sexta temporada a la venta tendrá media hora más de episodio. No sabemos si por en medio o por el final. Brillante, sin duda.

Perdidos es una serie inexplicable, por mucho que hoy lo intenten muchos bloggers, periodistas, fanáticos y losties en general. En el primer capítulo descubres un accidente de avión del que hay algunos supervivientes en una isla, poco después encuentran un oso polar y hasta un humo negro (“el monstruo”) que asesina a diestro y siniestro cuando se le antoja, y también perdona la vida a otros tantos. Aunque parezca la historia de una película entre Saw y Scream, pronto descubrimos que es todo lo contrario. No hay malos ni buenos. Hay personajes con diferentes propósitos y todos quieren conseguirlos. El problema viene porque algunas metas difieren y chocan con otras. Y así, la batalla está servida.

La iniciativa Dharma, los números “malditos”, el Humo Negro, Jacob, la Roca Negra, el pie de la estatua egipcia, la isla Hidra, Los 6 de Oceanic… Infinitas tramas han enredado la serie hasta que, poco a poco, han ido desprendiéndose las máscaras. Así, supimos los pasados de los protagonistas, siempre para que entendiésemos sus comportamientos en la isla, y también para saber algo más de ellos. Y de sus lazos internos. Porque todos compartían algún nexo.

Los personajes, brillantes. Han crecido con nosotros. Han evolucionado. Han madurado. Han comprendido. Nunca podré olvidar, como muchos de vosotros, a ninguno de los protagonistas. Ni tampoco de los secundarios. Por eso, en este final apoteósico hemos echado de menos a Ecko, a Walt… Si me tuviera que quedar con mis favoritos, sin duda serían Sawyer, Sun, Jin, Desmond, Julliet, Rose y Bernard. Los últimos, el matrimonio feliz, por esa sencillez y ese amor que desprendían. Se aferraron a vivir. Y a vivir en paz. Seguro que muchos os habréis impresionado al volver a verlos, junto a Vincent, salvar a Desmond.

Desmond siempre ha tenido una historia tremenda con Penny muy similar a la de Sun y Jin. Casi toda la serie separados, se buscaban sin cesar. Ahí estaba su afán por vivir. Ambos encuentros fueron, sin duda, los momentos más emotivos de la serie. Reconozco haber estado llorando un buen rato con Sun y Jin en el submarino. Ya lo vaticibanan los números. Ellos eran el 42. El último de la lista. El más grande. Una cifra con dos dígitos. Vivieron separados pero eran sólo uno. El matrimonio Kwon. Ay... Qué terrible. Y es que si me identificaba con un personaje de la serie, ésa era Sun.

Sun era la madre del grupo. Plantó el huerto. Ayudó a los heridos con sus medicinas naturales. Vigilaba a Kate y a Claire. Era fiel a sus principios. Y a su marido. Y al amor que sentía por él. Sacó su lado más oscuro al llegar a Los Ángeles, absolutamente despechada. Y la volvimos a ver en la Isla muy cambiada. Por eso, su final no podía ser sino al lado de la persona a la que ella amaba, por la que ella vivía. Soberbio.

¿Y qué me decís de Sawyer y de Julliet? Si hay dos personajes que han ido pasando de malos a buenos y viceversa, han sido ellos dos. El primero vivía en la infelicidad desde su infancia terrible. La segunda había ido a la Isla para ayudar a su hermana. Al final se unieron en la pareja más irreal de la serie, pero la más tierna. No me terminé de creer que los guionistas jugaran tan mala pasada a esta historia al final de la quinta temporada. Por fin, cuando me caía bien Julliet, la arrancaban de la historia. Ella fue la salvadora también. Aconsejó bien a Jack. Ayudó a los 6 de Oceanic. Ella detonó la bomba. Por eso, sus momentos en el último episodio, han sido los más dulces, los que más se recuerdan.

También ha habido personajes absolutamente inaguantables: Kate y su bipolaridad, Locke y su ciega fe en lo absurdo, Ben y su mezquindad enorme, implacable hasta con la muerte de su “hija”; Jack y su afán de liderazgo, de protagonismo. Hugo y su supuesta inocencia… Pero todos eran víctimas de sus miedos. De sus angustias. De sus anhelos. De sus traumas. Y eso les hacía igualmente carismáticos.

Imposible no acordarse de personajes que fueron importantes por poco tiempo, o por unos episodios más, pero que ayudaron en la trama de la serie y fueron fundamentales: Libby, el Sr. Ecko, Rousseau… Geniales, también.

Pero ahora ya da todo igual. Ya se acabó. Y es para siempre. Ya no volverán a girar un timón en una luz cegadora. Ya no habrá más aviones que caigan. Ya no se pulsará ninguna tecla. Ya no habrá vírgenes con droga. Ni tampoco estaciones Dharma. Ni constantes. Ni Charlottes sangrantes. Ni susurros en la oscuridad.

Sin duda alguna, los guionistas de la serie le han tenido que dar vueltas y vueltas a sus neuronitas para buscar un final verosímil y digno. Y es posible que para muchos no lo hayan conseguido. Pensar que después de años de desesperación por averiguar qué era la isla, qué misterios escondía, por qué había que protegerla y de quién… Después de todo eso, el mal no ha ganado, pero lo ha hecho la muerte por él. Y es que no se puede luchar contra el destino, nos cuentan. Todos morimos tarde o temprano. Y da igual en qué orden ocurra. Cuando por fin estás en paz, te encuentras con los tuyos. Y entonces, eres feliz. Qué filosófico y bíblico a la vez.

Ahora, las preguntas ya sobran. Que cada cual deje su imaginación las dudas sin resolver. ¿Por qué esos números y no otros? ¿Por qué en orden natural? ¿Por qué el Humo Negro es tal y Jack no se convierte también? ¿De dónde saca Jacob su poder? ¿Cómo encuentra la iniciativa Dharma la isla? ¿Por qué a ellos no los ataca el Humo Negro? ¿Si Walt era tan importante, por qué le dejaron marchar y nunca más se supo? ¿Penny se llegó a encontrar con Desmond? ¿Lograría Claire conocer a su hijo? Ésa es la magia de la serie, supongo. Al final, los Perdidos somos nosotros. Luchad por vuestra felicidad y haced el bien. El amor es lo que importa y el odio sólo lleva al mal camino. Pues menuda moraleja para este blog, ¿no?

Hoy, mi Odio no es tal. Además, rompo la temática eurovisiva para poder desahogarme. Para poder abrirme. Para que me contéis también. Para quitarme el sombrero ante una serie magnífica. Una obra maestra que ha recogido todos los géneros y temáticas posibles. Una historia sublime digna de ser admirada y recordada por los tiempos. Hasta entonces, cerremos los ojos. Y dejémonos llevar por nuestro alma.

Como el avión que finalmente despega de la isla.


Roberto S Caudet

6 comentarios:

  1. bueno no puedo comentar que por increible que parezca no he visto la serie. La tendré que ver... y hablaremos :-)

    yo leí que la gente se quejaba que no había un final como tal si no un final abierto y aquí leo que el final fue el mejor... mira que ya me ha picado la curiosidad...

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  2. Bueno, el final yo lo encuentro muy cerrado, aunque tenga dudas infinitas por resolver. Depende de qué intereses y prioridades tenga cada cual. Si lo importante era saber el devenir de los personajes, la serie ha acabado. Si lo que interesaba era saber qué demonios era la isla y cuál era su magia, la serie no ha resuelto nada... :D

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  3. Harto me tenia Perdidos y solo vi 3 minutos de un capítulo. Me alegra mucho que haya decepcionado a la mayoría pero ¿qué esperaban de una serie mala de televisión donde no se entendía nada?

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  4. guau Rob, qué buena descripción... que momentazo el de Sawyer y Juliet, totalmente de acuerdo contigo. Para mi tambien ha sido un final digno y me ha encantado ver a todos los personajes juntos. Desmond y su "see you in another life, brother". Lloré muchisimo con la muerte de sun y jin y no lo entendía por su hija... pero volví a llorar viendo a Juliet haciendo la ecografía y me encantó que Hurley fuera el que finalmente proteja la isla, me encanta cuando Ben le dice: haz lo que mejor sabes, cuidar de los demas. Uff y no me enrollo más porque podría estar así horas jaj
    gracias rob, un beset

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  5. Stul... lo tuyo es mucha maldad, ¿eh? La gente que no ha entendido el final es porque, efectivamente, no entendía nada. Lost no era una serie para gente que la viera sin más. Había que estar despierto, tener fe y un poco de pensamiento místico. Si el público sólo pensaba en cosas racionales, tendría que haber visto CSI...

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  6. Marieta... me pasó igualmente que a ti con la ecografía de Sun! Era todo super traicionero... Comparabas con la historia de ellos separados, incluso con la escena en la que Jin iba a comprar un oso panda y luego se lo daba a otro niño... Y comparar eso con, por fin, una vida de ellos dos felices... aaaay! Snif.

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